domingo, 9 de noviembre de 2008

Lo que me dejó las Matemáticas

Cuando me preparaba para postular a la universidad, comprendí el inmenso valor que tenían las matemáticas; no por sus teoremas y fórmulas, que al principio parecían “complicadas”, sino por otras cosas más importantes que estaba a punto aprender.

Los conceptos de iniciativa, creatividad, exigencia, imaginación y persistencia, nunca habían formado parte de mi forma de ser y mucho menos, habían sido partes esenciales de mis cualidades personales; sin embargo esto es lo que casi sin darme cuenta, poco a poco empezaría a aprender.

Al enfrentar día a día, cada uno de los problemas de “el complicado mundo de las matemáticas", cada proceso que debía desarrollar y cada solución que tenía que encontrar; estaba forjando sin proponerme, un conjunto de actitudes, HÁBITOS, conductas y habilidades, que en el futuro me ayudarían a enfrentar otros problemas que nada tenían que ver con los problemas “abstractos y aburridos” de las matemáticas: “los problemas naturales de la vida”.

Mi preparación con las matemáticas me estaba enseñando a ser ordenado y disciplinado, a ser creativo y a tener imaginación e iniciativa. SOBRE TODO, ESTABA APRENDIENDO A EXIGIRME A MI MISMO, A SER PERSISTENTE, A IR SIEMPRE MAS ALLA DE LO QUE COMÚNMENTE ME PEDIAN HACER. Esta forma de actuar frente a los ejercicios y problemas matemáticos estaba influyendo en mi forma de actuar frente a los problemas de la vida; forma, a la que sin darme cuenta me iba gratamente habituando cada vez que me “sumergía” en la profundidad del análisis y en la reflexión metacognitiva de mis aprendizajes de estudiante preuniversitario.

Cuando enfrentaba los problemas más difíciles de aritmética, álgebra, geometría o trigonometría; SABÍA QUE TENÍA UNA META SÓLIDA Y MUY BIEN DEFINIDA QUE ESPERABA LOGRAR; un claro objetivo por el cual debía luchar y persistir; no me importaban las horas que tenía que pasar estudiando ni la complejidad de los problemas que me proponía resolver; solo tenía una fe infinita de que la solución tenía que llegar de todas maneras, en cualquier momento.
Aprendí a ser persistente ante mis aspiraciones, a buscar siempre una salida, una respuesta; a extraer aprendizajes de mis errores y de los problemas, incluyendo aquellos que al final no llegaba a resolver. ¡Había aprendido a desarrollar una actitud positiva frente a los problemas y a no derrotarme tan fácilmente ante ellos!.

Pronto comprendí que las matemáticas, como instrumento (fórmulas, leyes, teoremas, etc.), a muchos tal vez nunca les vaya a servir; en su trabajo, en su diario trajinar, en sus interrelaciones con las personas, o en las decisiones más importantes de sus vidas; pero si decidimos enfrentarla e introducirnos dentro de ella, compenetrándonos con sus complejidades, nos enseñará algo que es más importante que sus mismos contenidos: nos dotará de hábitos muy valiosos, junto a capacidades y habilidades intelectuales muy importantes. Sobre todo, nos dotará de una actitud mental positiva que nos hará fuertes y competitivos para enfrentar la vida, venciendo las dificultades sin tenerle miedo a la adversidad; entendiendo a cada error como un nuevo y valioso aprendizaje, y no como un fracaso; haciéndonos personas emprendedoras y exitosas, que siempre avanzan sin temor a la frustración.

Por ello, ¡Busca tú también tu propia experiencia!; ¡Descubre y comienza a vivir la satisfacción de aprender!. Que las matemáticas no sea más ese curso “difícil y aburrido”; encuéntrale el valor y sentido, y aprovecha todas sus enseñanzas, especialmente aquellas que te servirán para enfrentar el futuro y remontar con éxito los problemas que a tu vida; con el correr de los años, poco a poco irán llegando.

Ing. Percy Leandro Campos
Presidente: Asociación educativa “Pierre de Fermat”
Promotor del “Proyecto de Niños Emprendedores”

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